La segunda etapa une Midelt con Erfoud a través de unos 420 km, casi todos por pistas. Por fin empiezan los tramos largos fuera de carretera y nos encontramos con todo tipo de terrenos algunos en buen estado por los que podemos mantener una velocidad de 50-60 km/h alcanzando en algunas ocasiones la máxima permitida de 80 km/h y otras mucho más lentas en las que no pasamos de segunda velocidad. La etapa es realmente variada y por lo tanto divertida. Además los paisajes son espectaculares, cabe destacar los árboles solitarios en medio de zonas áridas, los palmerales, los colores otoñales de algunos árboles de las riveras de los ríos y por supuesto las más que espectaculares planicies inmensas en las que no se ve nada aldedor. NO hay aparentemente nada salvo algún ciudadano local que siempre aparece allí donde menos lo puedas esperar para ofrecerte algunos souvernirs, sobre todo colgantes hechos con piedras y algunos fósiles de la zona.
Los coches empiezan a notar el castigo de los kilómetros llenos de vibraciones y con la mecánica al límite y los talleres de la zona se encuentran llenos de participantes de la Maroc. Nosotros no hemos quedado exentos de averías, hemos pasado un buen rato intentando encontrar el taller adecuado pero dada la cantidad de participantes de esta edición finalmente hemos tenido que reparar nosotros mismos la avería. Después de analizar la situación hemos decido apretar nosotros mismos el tornillo suelto del asa de amarre del copiloto, hemos currado como profesionales y ha quedado perfecto, Bricarbox hazlo tu mismo!
La etapa transcurre por una zona que se ha inundado debido a las lluvias de las últimas semanas así que la organización decidió modificar ligeramente el recorrido y conseguimos terminarlo a tiempo para disfrutar de una agradable cena con comida típica marroquí y celebrar el resultado del día con un copazo, como señores!
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